sábado, 2 de enero de 2010

A Don Oracio Holivera

Todo es una cuestión de interpretación: una figura que se superpone arbitrariamente sobre un dibujo, un texto, un hecho y se intenta una explicación metafórica a través de esa figura. Luego, evaluamos las consecuencias que se siguen de la operación; en cierto sentido, juzgamos los resultados para ver si nos satisfacen. El problema de éste método es que, en determinadas ocasiones, la interpretación metafórica es tan interesante (o al menos así nos lo parece)que llegamos a la conclusión de que esa es La Verdadera Forma de entender las cosas. En esos casos olvidamos (un poco injusta, un poco ilícitamente) que nosotros mismos tejimos el tapiz con las dos figuras entrelazadas en su trama.
Por ello, abocándome al muy concreto ejemplo dado, me parece que la Filosofía Moderna nos da la clave que hace la unión un poco más "sólida": y la figura que se muestra es la tan cartesiana "Res Extensa". Frente a la(s) imagen(es) puedo decir varias cosas:
La "Res Cogitans" es la que las une, las compara, las sintetiza, las categoriza, las reordena y, finalmente, las abandona como algo ajeno a ellas, por completo misterioso, y cuya conexión con la "Res Extensa" se le hace inexplicable fuera del transcurso efectivo de la vida [o sea, en el Museo de éstas Ideas].
La "Res Extensa" me hace pensar en el viejo dictum de Ortega y Gasset, luego retomado por Martínez Estrada: Argentina es "pura extensión", y sus habitantes sólo queremos liquidarla sin trabajar en ella. No construimos nuestra propia "Res Cogitans", sino que la importamos tal como está del Viejo Continente. Por eso, suceden dos cosas: la interacción entre las "Res[es]" es tan imposible como creía Descartes, y lo único que se logra es el hastío de recorrer kilómetros en falso, con el único fin de dejarlos atrás [Por otro lado, Hegel y Marx ya pensaban un poco antes que éste continente (América) es pura Geografía; pura extensión espacial sin Historia; "Res Extensa" sin "Res Cogitans"].
La media res con divisiones para los cortes (y también aquella otra con divisiones para la política) ha perdido la cabeza; lo primero que deja de figurara es, justamente, el lugar de la unión entre la "Res Cogitans" y la "Res Extensa". Si se explota ésta línea desde la versión interpretativa griega, vemos que falta el "Logos", el "Arkhé" (con esa doble connotación ontológico – política) , y se nos vuelve evidente que es un caso claro del "divide y reinarás". También parece que la "Res Extensa está en venta, porque es divisible: como es espacio puro, es infinitamente divisible; y como es infinitamente divisible, es infinitamente vendible; y como la media res, que no posee "Res Cogitans", no sentimos que nos despostan de a poco...
Por último (aunque sólo sea lo último de éste ínfimo comentario), la idea parece indicar que es un país de carniceros; en realidad, de matarifes y carniceros. Una pura extensión (una "res", una "cosa") en la cual el cuchillo es la herramienta por antonomasia [otra vez Martínez Estrada...], y la fuerza de quien mejor lo usa es ley: caudillos, Sarmiento y, ahora, lo que se apila es la pura extensión de datos arbitrariamente unidos.
En fin, tal como se pide en la lectura post – estructural, se lee algo, se elige una figura que lo explique, se proponen líneas de análisis, se consignan sentidos y se empieza a despostar el texto...